Los antibióticos son sustancias producidas por varias especies de microorganismos (bacterias, hongos o actinomicetos), que suprimen el crecimiento de otros microorganismos y que inclusive pueden llegar a destruirlos. Por ello, son de suma importancia en los tratamientos de nuestras mascotas, pero el desarrollo de resistencias bacterianas genera gran preocupación en el uso de estos, por lo que un empleo racional de los antibióticos es importante para mantener su eficacia clínica.

Las infecciones bacterianas cutáneas son una de las causas más frecuentes del empleo de antibióticos sistémicos en perros y gatos, por lo que el manejo adecuado de estas y otras infecciones es crucial en los protocolos de uso responsable de los antibióticos.

El éxito de la antibioterapia depende de la confirmación de la presencia de infección, de la identificación del agente etiológico, es decir, de la bacteria causal; de la selección del antibiótico más apropiado y de asegurar el correcto tratamiento.

De forma ideal, el tratamiento no debe iniciarse hasta obtener el resultado del cultivo bacteriano y la sensibilidad antimicrobiana. En caso de ser necesario iniciar un tratamiento de manera inmediata, la selección del fármaco adecuado debe basarse en los signos clínicos y la citología, teniendo en mente los organismos más compatibles y sus patrones de sensibilidad en cada caso.

Cuando los resultados del cultivo y sensibilidad estén disponibles, el veterinario debe estar preparado para ascender a un fármaco de mayor nivel o descender a uno de menor grado, según sea indicado.

El ritmo de desarrollo de nuevos agentes antimicrobianos ha sido generalmente más lento que el aumento de la tasa de resistencia a los antibióticos, en particular con respecto a bacterias Gram negativas. Los nuevos agentes antimicrobianos, relativamente pocos, que se han introducido en la práctica clínica en los últimos años tienen indicaciones clínicas específicas. Sin embargo, se están estudiando para otras indicaciones, principalmente en donde los agentes utilizados tradicionalmente han fracasado o están contraindicados. El uso clínico apropiado de los nuevos antibióticos puede evitar la aparición de resistencias bacterianas.

Un gran salto en la farmacología veterinaria es el empleo de antibacterianos de amplio espectro y de tercera generación como la Cefotaxima la cual actúa de forma muy eficiente contra microorganismo anaerobios y Gram negativos como Klebsiella, E. coli y Serratia mercesans; y en general en problemas de meningitis bacterianas, profilaxis quirúrgica e infecciones de piel, hueso o respiratorias graves.

Ante cualquier sospecha de infecciones en tus mascotas acude de inmediato con su Médico Veterinario y evita administrar antibióticos sin su prescripción.

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