La influenza canina (IC) es una enfermedad emergente. Los virus de la influenza nunca antes habían afectado a los perros hasta que cambios genéticos en un virus de la influenza equina, le permitieron propagarse de manera eficiente en la población canina. La influenza canina se informó inicialmente en galgos de carrera, y en un principio parecía estar circunscrita a esta raza. A partir del año 2004, aparecieron brotes de enfermedad respiratoria en criaderos de galgos y pistas de carreras en varios estados de EE.UU. Se descubrió que el virus de la influenza canina, fue responsable de algunos brotes y se pensó que estuvo implicado en otros. La evidencia serológica sugiere que el virus ha estado circulando entre los galgos, por lo menos desde 1999. Recientemente, también ha causado enfermedades respiratorias en diversas razas, dentro de la población canina, en general. Se considera que todos los perros son susceptibles, sin importar la raza. Debido a que éste es el primer virus de la influenza que circula en perros, no se espera que los mismos posean inmunidad a esta enfermedad. Si el virus ingresara en un criadero u otro grupo cerrado, probablemente se infectaría un alto porcentaje de los perros, y la mayoría de estos mostrarían síntomas. Aproximadamente un 20 – 25 % de los perros infectados pueden permanecer asintomáticos, pero aun así pueden eliminar el virus y diseminar la enfermedad. Aunque la mayoría de los perros presentan una forma leve de influenza canina y se recuperan, algunos pueden desarrollar neumonía grave. La muerte se produce principalmente en perros con la forma grave de la enfermedad; se cree que el índice de mortalidad es de 1- 5 % o levemente superior.

El virus de la influenza canina pertenece al género Influenzavirus A dentro de la familia Orthomyxoviridae. Este género incluye a diversos virus estrechamente relacionados que infectan a las aves (virus de la influenza aviar), los caballos (virus de la influenza equina), los cerdos (virus de la influenza porcina) y los humanos (virus de la influenza A humana). Cada uno de estos virus posee una mayor especificidad con respecto a una especie o grupo relacionado de animales. Por esta razón, la mayoría de las infecciones se limitan a animales individuales o a pequeños grupos. No obstante, en algunos casos, los virus de la influenza han podido saltar de una especie a otra. Aunque la adaptación permanente a otra especie no ocurre con frecuencia.

Signos clínicos

La presentación más frecuente observada con los virus H3N8, es una enfermedad respiratoria leve que se asemeja a la traqueobronquitis infecciosa (tos de las perreras). En esta forma, a una fiebre inicial (generalmente baja) le sigue una tos persistente y algunas veces una descarga nasal purulenta. La tos puede ser suave y húmeda, o seca, y puede durar hasta 3 o 4 semanas, a pesar del tratamiento; la tos seca es más común en los casos, que no presentan complicaciones. La descarga nasal purulenta parece que se resuelve con antibióticos, lo que hace pensar que las infecciones bacterianas secundarias pueden tener importancia en esta enfermedad. El letargo y la anorexia son comunes. Los perros con infecciones más graves, muestran fiebre alta con un aumento de la frecuencia respiratoria y otros síntomas de neumonía o bronconeumonía. Se pueden encontrar perros que mueren en forma hiperaguda con evidencia de hemorragias en el tracto respiratorio; se ha observado este síndrome en galgos de carrera, pero no parece tener relevancia en las mascotas. También se presentan casos de seroconversión sin síntomas. El único brote conocido de influenza canina H3N2 se caracterizó por enfermedad respiratoria grave con fiebre, descarga nasal, estornudos, tos y anorexia.

Tratamiento

Los antibióticos parecen importantes en el tratamiento de la influenza canina H3N8, que en algunos casos que pueden complicarse por infecciones bacterianas secundarias. Se utilizan antibióticos de amplio espectro para tratar la forma grave de la enfermedad. Además, se les utiliza para controlar los síntomas de las infecciones bacterianas secundarias (por ej. una descarga nasal purulenta) en la forma leve. El tratamiento de sostén, como la hidratación, también es importante.

Ante la sospecha de enfermedad respiratoria en tu perro acude de inmediato co el médico veterinario.

Deja un comentario