Ciertos eventos importantes en el desarrollo de la parasitología equina comienzan desde el año de 1665, cuando Ryusch fue el primero en observar a un nemátodo Strongylus vulgaris en las arterias de los caballos (Quiroz, 2013).

Muchos parásitos afectan a los caballos, y para su estudio y mejor entendimiento, los dividiremos en dos grandes grupos: ectoparásitos y endoparásitos, que a su vez se dividen en: protozoarios, tremátodos, céstodos y nemátodos (Castaño, 2005).

Ectoparásitos

Los ectoparásitos viven en la superficie del cuerpo del equino. Pueden pasar en el hospedador un periodo determinado o su ciclo de vida completo, además que pueden ser vectores de otras enfermedades (Ballweber, 2001).

Las garrapatas son ectoparásitos que se alimentan directamente de la sangre del animal, estos parásitos se encuentran sobre todo en animales que viven en zonas húmedas. Algunas especies que afectan a los equinos son Otobius megnini, Amblyomma spp., Ixodes spp., Boophilus spp., Rhipicephalus spp., Dermacentor spp. (Ballweber, 2001).

Otros ectoparásitos son los dípteros (moscas). Las moscas adultas se alimentan de sangre, provocando en el animal una molestia e incluso pueden dejar sus larvas en la zona de la picadura. Las especies de dípteros que afectan a los caballos son Hippobosca equina, H. maculate, H. rufipus y Tabanus spp. (Ballweber, 2001).

Otra variedad de moscas provoca miasis, éstas por lo general se encuentran en climas cálidos. Dichas moscas son conocidas como Gaterophilus y las especies son las Gasterophilus intestinalis, G. inermis, G. nasalis y G. hemorrhoidalis (Ballweber, 2001).

Los ácaros son otros artrópodos que pueden afectar a los caballos, algunos de éstos pueden vivir dentro de la epidermis y otros en la superficie de la piel. Entre las especies de ácaros presentes en los equinos están los Sarcoptes scabiei var equi, Chorioptes equi y Demodex equi (Ballweber, 2001).

Protozoarios

Los protozoarios más comunes que se encuentran en el caballos son Trypanosoma equiperdum, T. equinum, T. vivax, estos parásitos en su mayoría son transmitidos por insectos hematófagos, se encuentran en la sangre del hospedador y algunos también pueden infestar tejidos (Quiroz, 2013). La transmisión es posible mediante el contacto sexual de los equinos (Bowman, 2011).

Las coccidias en equinos se dan por la presencia de la especie Eimeria leukarti. Se ubican en el tracto intestinal del equino, principalmente se pueden encontrar en potros (Bowman, 2011).

Tremátodos

No son muchos los tremátodos que afectan a los caballos, sin embargo, existen dos enfermedades que se pueden encontrar en los equinos; la fasciolasis y la dicroceliosis. La fasciolasis es causada por la Fasciola hepatica la cual se puede encontrar en pulmones, tejido subcutáneo y en parénquima del hígado, causando trastornos en la nutrición (Quiroz, 2013). La fasciolasis no está contemplada como una enfermedad que debe ir dentro del calendario de desparasitación (Razuri, 2014).

En la dicroceliosis el parásito es Dicrocoelium lanceolatum, se encuentra en los conductos biliares por donde llegan al intestino y causan traumas en el hígado (Quiroz, 2013).

Céstodos

Los céstodos son parásitos internos, principalmente se encuentran en el tracto digestivo de los vertebrados. Existen dos enfermedades causadas por céstodos: Anoplocefalosis e Hidatidosis (Quiroz, 2013).

La Anoplocefalosis también conocida como teniasis es causada por Anoplocephala perfoliata, Anoplocephala magna y Paranoplocephala mamillana; se encuentran principalmente en la válvula ileocecal y en el intestino delgado y grueso. Se caracteriza clínicamente por causar cólico. El pastoreo favorece para la presencia de estos parásitos (Fernández, 2013).

La Equinocococis hidatidosis es causada por Echinococcus granulosus, se encuentra principalmente en el aparato digestivo de los carnívoros, pero se trasmite por el agua contaminada y se aloja en el hígado y pulmón (Quiroz, 2013).

Nemátodos

Los nemátodos son el grupo de parásitos con mayor presencia en los caballos, el género que los afecta de manera más temprana es el Strongyloides westeri. Se han encontrado huevos en excretas en potrillos de 14 días de edad. El modo de infestación es a través de la ingestión de larvas por vía transmamaria, dado que las larvas permanecen en la glándula mamaria de la yegua y se movilizan al momento de la lactancia, esto explica la presencia de las parasitosis en animales muy jóvenes, los potros recién nacidos pueden presentar a partir del noveno día, diarrea abundante de color verdoso, que puede acompañarse con deshidratación, adelgazamiento y muerte. Los huevos de pequeños Strongylus ciatostomidos aparecen en las excretas a partir de las seis semanas de infestación (Fernández, 2013).

Otra forma en que adquieren la parasitosis, es mediante la ingestión de larvas que contaminan las pasturas. Las larvas ingeridas se localizan en el intestino grueso, penetran la mucosa y se desarrollan preadultos para luego emerger a la luz intestinal. También es probable que permanezcan con interrupción de su desarrollo (hipobiosis) en la mucosa por algunas semanas o meses; este fenómeno ocurre principalmente en otoño, ya que la mucosa presenta gran cantidad de pequeños nódulos que albergan el parásito en su interior. En la primavera puede ocurrir que los parásitos emerjan al exterior, produciendo importantes lesiones en la pared intestinal, lo que conduce a una importante diarrea con adelgazamiento y deshidratación (Quiroz, 2013).

Las 3 especies de grandes Strongylus que afectan a los equinos son Strongylus vulgaris, Strongylus edentatus y Strongylus equinus. Se caracterizan por habitar el intestino grueso y llegan a medir entre 3 a 5 cm y las formas infestivas son las larvas en tercer estadío que se encuentran en las pasturas de las cuales se alimentan los caballos (Razuri, 2014). Una vez en el intestino delgado, estas larvas efectúan migraciones complejas por distintos órganos y sistema arterial. El Strongylus vulgaris es el responsable de producir arteritis parasitaria, dado que sus larvas migran a través de las arterias, dañando las paredes de éstas, en consecuencia, pueden producirse coágulos, trombos y aneurismas; comprometiendo la irrigación. Los problemas ocasionados por las larvas son variados en función del tamaño de los aneurismas y su localización se puede observar desde cansancio, disminución del rendimiento, cólicos y en casos más graves rotura de los vasos, hemorragia interna y muerte (Razuri, 2014).

Programas de prevención y control

Hay numerosos parásitos internos que pueden afectar a un caballo, pero sólo unos pocos causan comúnmente problemas de salud significativos. Es importante comprender el ciclo de vida de estos parásitos, la prevención y los programas de control exitosos son efectivos porque interrumpen el ciclo de vida de los parásitos.

Pueden ser divididos en dos áreas básicas:

  • Manejo de las instalaciones.
  • Tratamientos químicos.

Manejo de las instalaciones

Mantener la densidad de la población y la sanidad en las caballerizas (el estiércol debe ser correctamente eliminado). El pastoreo alternado con rumiantes y los esquemas de rotación de pastos ayudarán a interrumpir el ciclo vital de los parásitos; lo cual reducirá la infestación parasitaria, debido a que la mayoría de los parásitos internos buscan huéspedes específicos.

La rotación de pastos puede también ayudar a decrecer la incidencia del sobrepastoreo, por lo tanto, disminuye la ingestión de parásitos. Agrupar a los caballos por edades en los pastos ayudará a minimizar que los caballos jóvenes estén en contacto con infestaciones larvarias extensas.

Se recomienda utilizar comederos para el forraje y concentrado, pues alimentar a los caballos en el suelo aumenta el riesgo de infectarse con parásitos. Todos los comederos y bebederos deberían ser rutinariamente limpiados para prevenir contaminación fecal en el alimento o en el agua.

Tratamientos químicos

Para eliminar los parásitos han sido desarrolladas distintos tipos de fórmulas químicas, las más comunes son la ivermectina, febendazol, albendazol, pirantel, prazicuantel y closantel, disponibles en diferentes formas físicas (pasta, aditivos de alimento, gel, líquido, entre otros). Los antiparasitarios son efectivos por distintas vías de administración, la dosis administrada se suele basar en el peso del caballo, los caballos necesitan ser desparasitados varias veces al año, comenzando a las 4 u 8 semanas de edad.

Hay varias estrategias de desparasitación utilizadas en el control parasitario de equinos y todas tienen ventajas y desventajas. Algunas de las estrategias son: tratamientos a intervalos, rotación anual, tratamiento diario o continuo (como administrar un agente para eliminar larvas de moscas al menos dos veces al año), sin rotación, tratamiento específico y tratamientos estratégicos.

Programas de desparasitación

Desparasitación de potrillos antes del destete.
Desparasitación de hembras y machos después del año de edad con carga parasitaria baja.
Desparasitación de hembras y machos después del año de edad con carga parasitaria alta.
Desparasitación de potrillos después del destete.
Desparasitación de yeguas gestantes.

Referencias:
Ballwewber L. (2001). Veterinary Parasitology. Butterworth-heinemann: Massachusetts, Estados Unidos.
Bowman, D. (2011). Parasitologia para veterinarios. Elesvier Saunders: Barcelona España.
Castaño R. (2005). Parásitos de los equinos. Red de helmintología para América latina y el caribe. Conferencia electrónica. Área de parasitología, instituto de pato biología, Castelar Argentina.
Fernandez, N. (2014). Anoplacefalosis equina: epidemiologia de la infección en España y estudios de las lesiones producidas por Anoplocephala perfoliata. Recuperado el 20 de noviembre por Anoplocephala perfoliata.
Quiroz, H. (2013). Parasitología y enfermedades parasitarias de animales domésticos. Limusa: México D.F.
Razuri, B. (2014). Prevalencia de trematodos en caballos en el distrito de Cajamarca.