Consumo de leche de vaca: desmentimos los principales mitos

Antes de mencionar los mitos alrededor de la leche es importante saber qué es la leche y qué características tiene.

¿Qué es la leche?

La leche es la sustancia de secreción de la glándula mamaria de todas las hembras mamíferos incluidas las mujeres. Por otro lado, desde el punto de vista dietético la leche es el alimento puro más próximo a la perfección. Su principal proteína, la caseína, contiene los aminoácidos esenciales y como fuente de calcio, fósforo y riboflavina (vitamina B12), contribuye significativamente a los requerimientos de vitamina A y B1 (tiamina). Por otra parte, los lípidos y la lactosa constituyen un importante aporte energético.

Químicamente, la leche es uno de los fluidos más completos que existen. El término “sólidos totales” se usa ampliamente para indicar todos los componentes con exclusión del agua y el de “sólidos no grasos” cuando se excluye el agua y la grasa. El agua representa aproximadamente entre un 82% y un 82.5% de la leche, los sólidos totales alcanzan habitualmente la cifra de 12% hasta un 13% y los sólidos no grasos casi siempre están muy próximos al 9 %.

Composición nutricional de la leche

La leche es una compleja mezcla de distintas sustancias, presenta sustancias definidas: agua, grasa, proteína, lactosa, vitaminas y minerales.

Cuadro 1: Composición general de la leche de vaca y de mujer por cada 100 g.

NutrienteVacaMujer
Agua g.8887.5
Energía kcal6170
Proteína g.3.21
Grasa g.3.44.4
Lactosa g.4.76.9
Minerales g.0.720.20
Cuadro 1: Composición general de la leche de vaca y de mujer por cada 100 gramos.

La leche materna

Es el primer alimento natural de los niños, proporciona toda la energía y los nutrientes que necesitan durante sus primeros meses de vida y sigue aportándoles al menos la mitad de sus necesidades nutricionales durante la segunda mitad del primer año y hasta un tercio durante el segundo año de vida.

La leche materna promueve el desarrollo sensorial y cognitivo, además de proteger al bebé de enfermedades infecciosas y crónicas. La lactancia natural exclusiva reduce la mortalidad infantil por enfermedades de la infancia, como la diarrea o la neumonía, y favorece un pronto restablecimiento en caso de enfermedad. La lactancia natural contribuye a la salud y el bienestar de la madre, disminuye el riesgo de cáncer ovárico y mamario y resulta inocua para el medio ambiente.

Mito 1: ¿Toda la población es intolerante a la lactosa?

Falso: En una proporción de la población humana, la deficiencia de la enzima lactasa en el tracto digestivo resulta en la incapacidad para digerir la lactosa. La mayoría de los individuos con baja actividad de lactasa desarrollan síntomas de mala digestión a grandes dosis de lactosa, pero la mayoría puede consumir cantidades moderadas de leche sin padecer malestares. No todos los productos lácteos poseen proporciones similares de lactosa. El mito radica en que las grandes empresas han aprovechado el mal entendimiento del concepto de intolerancia a la lactosa y se ha hecho creer que lo que se vende es leche sin lactosa y lo que realmente venden es leche pretratada con lactasa, que minimiza los problemas asociados con la mala digestión de la lactosa. En el mercado solo hay pocas marcas de leche que realmente no tienen lactosa (deslactosada).

FALSO

Mito 2: ¿Si quiero perder peso debo dejar de consumir leche y sus derivados?

Falso: El calcio reduce la digestibilidad de las grasas y tiene un reconocido efecto sobre las células del tejido adiposo aumentando la pérdida de grasa. Además, la leche contiene péptidos bioactivos que generan una sensación de saciedad, reduciendo el consumo de alimentos. Estudios clínicos han demostrado que el consumo de leche y sus derivados en dietas hipocalóricas reduce el peso un 10% más que las mismas dietas sin productos lácteos.

FALSO

Mito 3: El consumo de leche puede provocar diabetes adquirida (tipo 2).

Falso: La leche es uno de los alimentos con un índice glicémico más bajo. Además, los afectados por diabetes suelen tener problemas de obesidad y cardiovasculares, efectos que se reducen con el consumo de leche y productos lácteos. Los estudios epidemiológicos demuestran que el riesgo de padecer diabetes tipo 2 es un 67% menor en los individuos que consumen leche y sus derivados respecto a los que consumen poca o no consumen leche y sus derivados.

FALSO

Mito 4: Somos los únicos mamíferos que consumimos leche después de la lactancia materna.

Cierto: Pero ello no implica que se deba dejar de tomarla. En la evolución del hombre, estos sufrieron un cambio genético que les convirtió en tolerantes a la lactosa. Esta modificación debió otorgarles una ventaja competitiva que les permitió sobrevivir en su entorno. Si la tolerancia a la lactosa hubiera tenido efectos negativos, esta modificación genética no hubiera persistido a lo largo de la evolución del hombre. Todo lo contrario; la evidencia médica indica que los individuos que consumen leche y derivados lácteos tienen una esperanza de vida mayor que los que consumen poco o no consumen.

CIERTO

Mito 5: Si el colesterol sanguíneo es alto, debe reducir o dejar de consumir leche y productos lácteos.

Falso: El consumo de leche y productos lácteos tiene un efecto pequeño y transitorio sobre el nivel sanguíneo de colesterol. Por el contrario, el consumo de leche y productos lácteos tiene un claro efecto hipotensor, mediado por el efecto del calcio y la presencia de péptidos bioactivos (péptido inhibidor del enzima conversor del angiotensinógeno). Para la prevención de los problemas cardiovasculares, el control de la tensión arterial es más importante que el control del colesterol. Los estudios epidemiológicos demuestran que el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular es un 17% menor en los individuos que consumen leche y productos lácteos respecto a los que consumen poca o no consumen leche y sus derivados.

FALSO

Para finalizar se comparte el siguiente verso:

“Vendo leche fresquita
para tomar en tacita
leche recién ordeñada
para tomar de mañana”.

Referencias:

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