Sistema de producción de ovinos en el Norte de México

Mario H. Esqueda Coronado

IAZ, PhD. INIFAP Centro Experimental “La Campana

El Norte de México, es una amplia región árida y semiárida que sobrepasa los 50 millones de ha, caracterizadas por grandes extensiones de pastizales y matorrales, localizados en los Estados de Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí.

Características de la región

Es una región con poca precipitación en donde se tienen lluvias que varían desde los 150 hasta los 370 mm anuales, las cuales se presentan principalmente durante los meses de julio, agosto y septiembre. El clima es muy extremoso, ya que se tienen rangos de temperatura desde los 48 grados centígrados en verano, hasta los 15 grados bajo cero en el invierno.

La importancia de estas tierras radica, en que solo son apropiadas para el desarrollo de ganadería extensiva, por lo mismo se ha desarrollado por tradición una ganadería bovina de tipo extensivo principalmente. El producto principal de esta industria ganadera es el becerro para exportación hacia los Estados Unidos y el becerro propio para engordas y abasto nacional. Inicialmente estas tierras de pastizal eran utilizadas por fauna silvestre como; venado, búfalo, berrendo y borrego cimarrón entre otros, que eran cazados por los indígenas quienes se alimentaban de su carne y aprovechaban sus pieles para vestido y albergue. Posteriormente, los conquistadores trajeron animales domésticos; como la vaca, el caballo, la cabra, el cerdo y el burro, estableciendo su crianza, fomento, usufructo y comercio (Barreno, 1986).

Calidad del forraje y carga animal

Es importante señalar que durante el período de lluvias la calidad del forraje en los pastizales es excelente, y cubre los requerimientos de proteína y energía de los ovinos en cualquiera de sus etapas fisiológicas, ya que los contenidos de proteína en la dieta fluctúan desde un 11 hasta un 15 %, dependiendo del tipo de vegetación, pero durante el período de diciembre a junio, en que las lluvias son escasas o no se presentan, la calidad del forraje disminuye drásticamente, con contenidos de proteína en la dieta desde un 4 hasta un 7 %, por lo cual tiene que apoyarse al ganado con suplemento alimenticio. En las áreas de matorral, la calidad nutricional no disminuye tan drásticamente, como lo es el caso de los pastizales, ya que una gran proporción de arbustos permanecen verdes durante todo el año, manteniendo su contenido de proteína, por lo que en algunos ranchos no es necesaria la suplementación durante la época de sequía.

Actualmente estas tierras de pastoreo del Norte de México soportan una carga animal superior a las 6 millones de cabezas de ganado bovino, alrededor de 1.5 millones de ovinos y 2.7 millones de ganado caprino. Es importante señalar que la región presenta un enorme potencial para el desarrollo de ovinos y caprinos, ya que más de la mitad de los 50 millones de ha de áreas susceptibles de pastoreo, cuentan con áreas de matorrales, que pueden ser aprovechadas de una manera más eficiente que los bovinos, debido a sus hábitos de pastoreo, ya que tienen una mayor preferencia por las hierbas y los arbustos.

Potencial de la Ovinocultura en el Norte de México

Es importante señalar que con la actividad ovina no se pretende sustituir a la ganadería bovina de carne, sino integrarla junto con la ovinocultura para realizar un pastoreo combinado, con ello será posible mejorar la eficiencia en la utilización del forraje, ya que los ovinos y bovinos tienen diferentes hábitos alimenticios, con lo que se podría incrementar en cierto grado la carga animal y por consecuencia aumentar la cantidad de carne producida por unidad de superficie. En la actualidad, este enorme potencial no ha sido aprovechado plenamente, ya que es poca la actividad de ovinos en libre pastoreo. Si bien, en donde se tiene una mayor actividad con ovinos en pastoreo es en los Estados de Zacatecas, San Luis Potosí y Coahuila, pero aún dista mucho de su potencial.

En lo que concierne a Chihuahua, Nuevo León, Durango y Sonora, la utilización de ovinos en pastoreo se puede considerar como incipiente, ya que solo existen algunos ganaderos que han empezado a combinar sus bovinos con ovinos en pastoreo.

Las experiencias y los avances de investigación han mostrado que el
sistema de producción de corderos en agostadero es una alternativa con
una alta rentabilidad, debido a los bajos costos de alimentación. Se tiene estimado que bajo este sistema de producción los costos para producir un cordero se reducen hasta en un 50%. Estudios preeliminares en pastizales en
el estado de Chihuahua, muestran que los costos de alimentación promedio anual de borregas adultas fluctúan entre 30 y 40 centavos por día, mientras que en zonas de matorrales este costo es aún menor, por tal motivo se considera que, en las áreas de pastoreo, es donde tenderá a crecer la ovinocultura, debido a sus bajos costos de producción.

El pastoreo en la zonas áridas y semiáridas

Es indudable que la actividad ovina en el Norte de México está creciendo fuertemente, y con ello crecerá también la explotación en pastizales, específicamente debido a la introducción de los ovinos de pelo.

Este crecimiento se ha dado principalmente en los últimos cuatro años, en donde se ha observado la gran adaptabilidad que han mostrado los ovinos de pelo a la región (Pelibuey, Black belly, Katahdin y Dorper).

En las regiones áridas y semiáridas de los estados de Coahuila, Zacatecas y San Luis Potosí y sur del Estado de Durango, la mayor actividad de ovinos se lleva a cabo bajo condiciones de pastoreo extensivo, en donde la alimentación depende exclusivamente de lo que los ovinos obtienen del pastoreo. En algunos sitios, como en el estado de Zacatecas, durante el período de sequía que abarca de diciembre a mayo, se utilizan esquilmos de maíz y de frijol para suplementar a los animales. Las principales razas que se utilizan en esta región son para producción de lana como el Rambouillet, y en menor proporción el criollo y el Suffolk, sin embargo, empiezan a introducirse los ovinos de pelo a los rebaños. Para el manejo del pastoreo, llevan un pastoreo continuo, es decir que no cuentan con un sistema de rotación de potreros, los animales son guiados por un pastor y es mínimo el nivel de tecnología que aplican, por lo cual sus parámetros productivos son muy bajos.

La utilización de ovinos en pastizales en el estado de Chihuahua se lleva a cabo de la siguiente manera: los animales se concentran en corrales durante las noches y salen a pastorear durante el día, se acompañan de perros pastores (no se requiere una determinada raza), para protección contra depredadores, específicamente coyote y puma. Los problemas de ataques por estos animales han sido mínimos cuando se acompañan con perros. En algunos ranchos los ovinos recorren distancias tan alejadas hasta de 7 km de los corrales.

Únicamente salen a pastorear las hembras gestantes y las primalas. Cuando las hembras están próximas al parto se dejan encerradas en corral y salen hasta después de los 15 días de paridas junto con las crías. En algunos predios las borregas salen a pastorear y las crías se quedan en los corrales. En el caso de los corderos en engorda, estos se dejan en corral bajo engorda intensiva. Con respecto a la utilización de cercos, en el estado de Chihuahua se han tenido muy buenas experiencias, ya que se adapta el mismo cerco que se está utilizando para el ganado bovino, únicamente se pone una malla electrosoldada (para construcción de banquetas) con una altura de 60 cm, y se coloca un hilo de alambre de púas en la parte inferior de la malla para fortalecerla.

De este modo queda un cerco de cuatro hilos con malla de 60 cm en la parte inferior y con una altura de 1.10 m. Algo muy importante de resaltar es que los productores que trabajan bajo condiciones de pastoreo ven a la ovinocultura como una actividad empresarial y empiezan a incluir tecnología para el mejoramiento de su sistema de producción. Con respecto al estado de Sonora, existen ya explotaciones con ovinos de pelo bajo condiciones de pastoreo, sin embargo en la mayor parte del Estado es una actividad aún incipiente. En varios ranchos se cuenta con pequeños rebaños, pero aún no se le da la debida importancia, o todavía no es vista como un negocio.

Es importante resaltar que también en este estado existe una tendencia a incrementar su producción, y que se espera que en los próximos años empiece a explotar con ovinos las grandes zonas de matorrales con que cuenta.

Además, en los estados de Sonora, Chihuahua y Durango, específicamente, en lo que corresponde a la región serrana, se lleva a cabo una ovinocultura de traspatio o de subsistencia, la cual es desarrollada por grupos indígenas de las regiones. Aquí, se utilizan ovinos de lana principalmente, dentro de los que destacan el Suffolk, el Corriedale y el ganado criollo.

Áreas potenciales para la ovinocultura en el Norte de México

Zonas agrícolas

Además de las áreas de pastoreo extensivo, el Norte de México cuenta con grandes superficies de agricultura de temporal, específicamente en los Estados de Chihuahua, Durango y Zacatecas. En estas regiones se producen cientos de miles de toneladas de esquilmos y subproductos agrícolas, que son utilizados en una forma eficiente por los ovinos. Dentro de estos esquilmos se aprovechan rastrojos de maíz, sorgo, frijol y cacahuate, además se pastorean los residuos de las cosechas de algodón, chile, maíz, frijol, sorgo y demás cultivos.

Es importante mencionar el caso del frijol de desperdicio en el estado de Chihuahua, en donde cada año se producen más de 600 toneladas de frijol (frijol que no cumple con los requisitos para consumo humano, que puede ser quebrado, arrugado, muy chico, etc.). En el año 2003, este frijol tenía un precio de 25 centavos por kg y en la mayoría de las ocasiones se tiraba. A partir del 2003, este tipo de frijol ha aumentado su precio, esto debido a que los ovinos lo han estado consumiendo y cada vez es mayor su demanda. Estudios preliminares de investigación han mostrado que en animales de engorda puede sustituir hasta en un 30 % al maíz, mientras que hembras adultas y gestantes puede sustituir hasta en un 50 % la cantidad de maíz, reduciendo de forma importante los costos de alimentación.

Además, en la región se producen grandes cantidades de forraje como la avena en Chihuahua y la alfalfa en Chihuahua y en la comarca lagunera (la forman parte de los estados de Coahuila y Durango). Gran parte de estos forrajes son utilizados por ovinos, principalmente los de segunda clase, es decir aquellos que no cumplen con los requisitos para la alimentación del ganado lechero, por tener una alta proporción de hierbas, o por haberse mojado durante el proceso de secado.

Es necesario destacar que las áreas en donde actualmente está teniendo un mayor crecimiento la ovinocultura en la región, es en las grandes zonas agrícolas, las áreas de riego y de temporal del estado de Chihuahua y se empieza a observar un crecimiento en la comarca lagunera. En el Estado de Chihuahua, que cuenta con la zona de temporal más grande del país (más de 800 mil ha), han empezado a incursionar en la actividad los menonitas, quienes producen grandes cantidades de forraje como avena y maíz principalmente y están empezando a producir corderos de excelente calidad.

Áreas frutícolas

En el estado de Chihuahua, se tienen más de 40 mil ha de frutales con nogales, estas áreas desde hace algunos años se empezaron a pastorear con ovinos con bastante grado de éxito. Inicialmente se introdujeron los ovinos con la finalidad de deshierbar las huertas, ya que en promedio se realizan de cuatro a cinco deshierbes por año. Al utilizar los ovinos, el fruticultor se quitó de este problema, además de ahorrar bastante dinero en combustibles y mano de obra para el deshierbe. Las primeras explotaciones de este tipo han crecido de manera significativa, llegando a contar con más de 3000 hembras en producción y viendo ya a la ovinocultura de una forma empresarial. En estas huertas se maneja una carga animal de alrededor de 30 borregas por ha. Durante el otoño, cuando deja de crecer la hierba siembran cereales (trigo, centeno, triticale) o rye grass, mismas que proporcionan forraje durante el invierno e inicios de la primavera.

En una menor proporción que las huertas nogaleras, se utiliza también el pastoreo en huertas de manzana, sin embargo, esta práctica no ha crecido mucho debido a que se ha estado utilizando un árbol de manzana enano, que sí lo alcanzan a ramonear los ovinos.

Otras alternativas de explotación

Existen otros esquemas de explotación de ovinos, como lo es el caso de las praderas irrigadas, las cuales han mostrado el potencial para sostener entre 50 y 60 hembras por ha, sin embargo, debido a la limitante de agua, en el norte de México, este tipo de explotaciones no se ha desarrollado a mayor escala.

Una alternativa que ha tenido éxito es la alimentación de los ovinos con los desechos alimenticios de las engordas o del ganado lechero. En el ganado lechero diariamente se recogen los remanentes que dejan las vacas, estos desperdicios anteriormente se tiraban, no tenían un uso. Actualmente algunos productores de ganado lechero utilizan estos alimentos y se los proporcionan al ganado ovino, los cuales lo aprovechan eficientemente. Estos desperdicios son prácticamente ensilajes con residuos de concentrado. Otros productores de leche, estos desperdicios los pasan primero a ganado bovino de engorda y los remanentes del ganado bovino son ofrecidos a los ovinos.

Conclusiones

La región árida y semiárida del Norte de México representa un gran potencial para la producción de ovinos. Esta región junto con el Sureste del País, representan la alternativa para el crecimiento de la ovinocultura en México, ya que son las regiones en donde se puede producir en una forma más económica el cordero. También es importante mencionar que los sistemas de producción ovina requieren de un fuerte impulso económico y tecnológico, a pesar de que son áreas con un gran potencial, la productividad es muy baja debido a la pobre innovación tecnológica. Definitivamente, la producción de ovinos es una tendencia y una necesidad a nivel nacional y mundial, dada su eficiencia en la conversión alimenticia. Si como región, o como país no somos capaces de producir de una forma eficiente y ordenada, algún otro país lo tendrá que hacer por nosotros, pero la tendencia en la necesidad de producir carne de ovinos es una realidad, y es una lástima que no seamos capaces de hacerlo nosotros mismos, teniendo un potencial tan inmenso.